viernes, 16 de noviembre de 2012

Qué hacer con nuestros sentimientos


 
 
 
 
Qué hacer con nuestros sentimientos?

Para contestar esta pregunta vamos a ver primero qué son los sentimientos, para qué nos sirven, qué hacemos a veces con ellos y cuál es la alternativa.

Los sentimientos son exclusivamente
energía e información. Son energía
porque tenemos unas sensaciones físicas cuando se manifiestan. Imagina que estás nervioso/a, según qué tipo persona eres es posible que notes alguna de estás reacciones: nudo en el estómago, presión en el pecho, sudoración en las manos, opresión en la garganta, sonrojo, reducción de la respiración, etc. Es la energía manifestándose.

Los sentimientos también son
información, valiosa información sobre nosotros mismos/as. Delante de una persona o un hecho sentimos algo, normalmente. Esta información nos indica donde estamos en nuestra evolución personal. Cuando sentimos rabia, alegría, envidia, tristeza, orgullo o satisfacción frente a algo o alguien es simplemente donde estamos en este momento de nuestra vida. Los sentimientos son la información necesaria para poder crecer y madurar.


En nuestra infancia aprendimos a clasificar los sentimientos en buenos o aceptables y malos o inaceptables. Tal diferencia sólo existe en nuestra mente y causa numerosos problemas.

Imagina una persona a la que no le guste su mano izquierda y en cambio le encante su mano derecha. ¿No sería bastante absurdo? Son simplemente manos, son lo que son, dos miembros de nuestro cuerpo. Hay personas que no pueden soportar sentirse tristes y siempre quieren estar bien, contentas. No aceptan lo que es, los sentimientos son simplemente energía e información que nos dicen donde estamos.

Como consecuencia de la valoración que aprendimos de los sentimientos muchas veces los reprimimos, los ignoramos o nos distraemos para evitarlos.

Haciendo esto resistimos lo que es. Impedimos que los sentimientos cumplan su papel, o sea facilitarnos la información necesaria para crecer. Bloqueando la información necesaria para crecer, madurar y cambiar, impedimos que la naturaleza, nuestra naturaleza, siga su curso y nos perjudicamos.

La causa de nuestras dificultades con los sentimientos es que los
resistimos, no los aceptamos. La única solución es trabajar con la resistencia, como ella es la causa, en ella está la solución.  ¿Cómo dejar de resistir?  A veces no es fácil porque hay procesos inconscientes fuera del control consciente. La causa primera, más profunda que la resistencia, es el control, éste es el problema.

Cuando dejas de intentar controlar los sentimientos el problema desaparece.

Este es el secreto:
Cuando dejas de intentar controlar los sentimientos el problema desaparece.

Otra vez:
Cuando dejas de intentar controlar los sentimientos el problema desaparece.

Esto es lo que puedes hacer para dejar de intentar controlar los sentimientos:

Primero,
reconoce que hay una resistencia, resistes lo que es, lo que sientes.

Reconoces que hay una resistencia notando que estás incómodo.

INCOMODIDAD = RESISTENCIA, siempre, sin excepciones.  

Segundo, cuando percibes que estás incómodo, nótalo, experiméntalo.

Dite: “aquí estoy, sintiendo ___________. Debo estar resistiendo”.

Tercero,
obsérvate a ti mismo/a. Nota lo que sientes, nota tus pensamientos, nota tus sensaciones físicas. Simplemente nota
. Sé el observador/a, es testigo. Hazlo con curiosidad. Deja que todo lo que sucede esté bien y simplemente observa.
 
Cuando no haces los pasos uno a tres creas
resistencia porque quieres controlar lo que es, la incomodidad que tienes y no te gusta, producida por los sentimientos (energía e información) que están para que crezcas. Como es imposible tener éxito reprimiendo, ignorando o distrayéndote de tus sentimientos, creas tensión física, mental y emocional en tu vida, creas tu propio sufrimiento.
  Resistiendo y resistiendo tus sentimientos sigues creando más y más sufrimiento.

Muchas personas se hacen preguntas que no tienen respuesta, sin saber que lo mejor es no hacerse preguntas que nunca tendrán respuesta. Jamás encontrarás respuesta si te preguntas racionalmente “¿porqué me siento así?”. Los sentimientos están para ser sentidos, no para ser preguntados.

 Si haces los pasos uno a tres estás conectado/a contigo mismo/a.
Aceptas lo que es porque sabes que el único “control real” del proceso es dejar que este fluya y fluya sin interrupción. Accedes a una valiosa información sobre ti mismo/a diseñada para que crezcas ilimitadamente. Te conoces más y más a ti mismo/a, maduras más rápidamente y creas más y más armonía y felicidad
en tu vida.

 Aceptando tus sentimientos aceptas que eres un 100% por 100% responsable de todos tus sentimientos. Haciendo esto liberas una gran cantidad de energía creativa, dejas de ser víctima, de quejarte o de culpar a otros  para convertirte en
co-creador/a
de tu vida. Dejas de impedir tu crecimiento y apuestas y actúas para crecer.

Hacer lo que aquí se indica requiere práctica y constancia, como cualquier otra habilidad que has aprendido. Si tienes éxito sigue haciéndolo, cuando no funcione tan bien, piensa que la próxima vez irá mejor, estás creando un nuevo hábito de comportamiento que requiere práctica.

Si cuando algo te sucede y te sientes incómodo/a no tienes la posibilidad de pararte para procesar tus sentimientos, hazlo en otro momento así.

  • Siéntate o túmbate cómodamente.
  • Respira profundamente varias veces.
  • Ve a la situación, revívela y siente todo lo que sientas, aceptándolo, sin juzgarte.

Sabrás cuando ya has procesado los sentimientos porque:

  • La reacción física habrá desaparecido,
  • La intensidad de las emociones se habrá disipado y
  • serás consciente de la información que había.

Espero que con esta información, y practicando lo que te propongo, alcances, día a día, todo lo que deseas y te mereces.

Te deseo lo mejor.