viernes, 9 de diciembre de 2011

Vectores de Comportamiento Humano.





Prólogo.


En este módulo se analiza el conjunto de sentimientos, actitudes, y demás elementos que son la base del comportamiento, desde un punto de vista matemático.

Mi opinión es que cuando el ser humano logra pasar cualquier tema al len­guaje de los números, está en condiciones de entenderlo y mani­pularlo de forma correcta y sin errores de apreciaciones indi­viduales o conveniencias particulares.

Se trata por tanto de establecer una base lógica de desarrollo, a partir de la cual ir deduciendo e investigando la evolución de, llamémosle el “alma”, y sus manifestaciones en el entorno de la existencia.



CAPITULO  I


BASES PARA LA  CREACIÓN  DE  LA  TABLA.


Cuando el ser humano viene a este mundo, se encuentra con que ya lo han echado a andar antes de que él llegara; que funciona como funciona, que tiene sus leyes y sus normas de conducta, y que contravenirlas puede ser bastante perjudicial.
Esto le crea un conflicto, ya que él a su vez quiere satisfacer sus propios gustos y realizar sus aspiraciones personales; cosa que al ser lo que de original aporta al sistema, no siempre está en armonía con éste.
Según la forma de afrontar el problema, así será el desarrollo del comportamiento del individuo.

 


ESTRUCTURA DE LA TABLA: EJES Y CUADRANTES

Podemos empezar a analizar el tema, adjudicando a estos dos factores (uno la persona y otro el Mundo en que se encuentra), los ejes de un sistema de coordenadas.
En la Fig. 1 podemos ver estos ejes, así como los cuadrantes que se originan y que veremos a continuación:
El eje vertical es básicamente un eje de orden.
Referido a un ambiente concreto, es en el que la ideología, que estaría en la parte superior, fluiría hasta plasmarse en las normas en la parte inferior.
         La parte superior del eje vertical, indicará el orden evolutivo o dinámico, cuyo generador es el ESPÍRITU.
         La parte inferior de dicho eje, representará el orden establecido o estático, manifestado por la FORMA.
Un ejemplo para mejor comprensión: En el tráfico de una ciudad existe un orden, para que se circule sin atascos y con seguridad para los conductores.
Este es el espíritu del orden, en su faceta coordinadora y planificadora, que estaría representada en la parte superior del eje vertical.
En la parte inferior representaríamos las formas creadas por ese orden para alcanzar esas metas: señales de tráfico, código de la circulación, calles bien pavimentadas, etc.
En su concepción más amplia podría considerársele el eje del plan del Universo, o la Divina Providencia, o el Tao para los chinos, con el Yang arriba y el Yin abajo.
Son formas diferentes de referirse a lo mismo. Y ese "lo mismo" es lo que en realidad representa el eje vertical: un orden que evoluciona según un principio inteligente; orden exterior al individuo, pero en el que se encuentra incluido.
En cambio el eje horizontal representa lo que la persona tiene de diferente, lo que hace que se sienta "él" o "ella".
         La parte derecha indicará la tendencia a la CONCRECIÓN, a la nitidez, a lo definido, como la ACCIÓN.
         En la parte izquierda estará todo lo contrario: la tendencia a la EXTENSIÓN, a la fluidez, como la EMOCIÓN.
A diferencia del eje vertical que lo condicionaba, éste es un eje de influencia propia en el ambiente, de protagonismo.
De esta forma, tenemos igualmente en cuenta los dos factores esenciales del comportamiento: el individuo y su entorno social.

         El primer cuadrante podemos asociarlo a la CONCRECIÓN del ESPÍRITU, y es el referente al pensamiento definido (ideas, proyectos, juicios) o sea: a la vida interior intelectual del individuo. Tiende a la INTROVERSIÓN ACTIVA.

         El segundo cuadrante, o sea: el comprendido entre el ESPÍRITU y la EXTENSIÓN, se refiere a las actitudes de expansión y difusión espiritual, en que se manifiesta todo tipo de comunicación y trato con los demás. Este tiende a la EXTROVERSIÓN RECEPTIVA.
         El tercer cuadrante, al ser la EXTENSIÓN de la FORMA, nos lleva al concepto de capacidad, de facultad de contener.
Es el cuadrante de los sentimientos, de los principios morales, etc. o sea: de la vida interior emocional del sujeto. Corresponde a la INTROVERSIÓN RECEPTIVA.
         En cuanto al cuarto cuadrante, vemos que está a su vez formado por la CONCRECIÓN y la FORMA, y por tanto todo lo concerniente a lo material (concreción de la forma = materia) pertenece a este sector: (trabajo, lucro, etc.); podemos considerarlo como el cuadrante de la EXTROVERSIÓN ACTIVA.
Con esto tenemos una primera selección del comportamiento.

Figura 1

 

 

DIVISIONES EN LOS CUADRANTES


Dado que cada cuadrante está formado por dos parámetros o factores, podemos considerar tres casos: que dichos parámetros sean prácticamente iguales; que el primero predomine sobre el segundo, o que éste lo haga sobre el primero. Veamos qué ocurre en estos casos.
Empecemos por el primer cuadrante; (Fig. 2).

Tracemos dos líneas, de manera que quede dividido en tres partes correspondientes a las tres posibilidades a considerar.
La línea más próxima al eje de protagonismo, será esencialmente una línea de INTENCIÓN.
No sucede así con la otra línea más cercana al eje de orden, ya que tiende a considerar éste sobre todo, siendo en consecuencia una línea de ATENCIÓN.
Esto es válido también en los otros tres cuadrantes, que consideraremos igualmente divididos cuando se analicen.
Podemos ir viendo así, que la proporción entre los parámetros de protagonismo y orden de cualquier concepto de la tabla, está representada por su ángulo dentro del cuadrante correspondiente.
Siguiendo con el primer cuadrante, vemos en la Fig. 2 que la zona en que es mayor el protagonismo, es lógicamente la comprendida entre el eje del mismo y la línea de INTENCIÓN de dicho cuadrante.
En este caso, el individuo no se conforma con ver cómo se desarrollan los acontecimientos que por el simple proceso causa‑efecto del orden dinámico supone que ocurrirán, y piensa en modificarlo para conseguir algo que por la sola sucesión de los hechos naturales nunca va a lograr; o sea: toma una postura de PROPÓSITO, que es el concepto que mejor podemos usar para definir esta zona.

Figura 2.

Pasando ahora a la zona comprendida entre el orden y la línea de ATENCIÓN, podemos suponer que el pensamiento del sujeto busca basarse en un espíritu de orden, observando en su conducta una actitud de CONCIENCIA, concepto que usaremos como propio de este sector.
En cambio en la tercera zona (entre las líneas de atención e intención) la igualdad entre los factores nos muestra una inquietud intelectual, en la que el hombre se pregunta el porqué del orden de las cosas, y si podrían ir mejor de otra manera.
El concepto de CRITERIO es el más adecuado en este caso.

Para mejor comprender la diferencia entre estos tres conceptos, pondremos el ejemplo de cómo piensan las personas cuando queda libre un asiento en un autobús que va lleno.
El individuo del sector basado en el propósito piensa: "Hombre, un asiento libre; voy a ver si puedo sentarme".
En cambio el del sector conciencia piensa: "Me gustaría sentarme pero debo dejar que lo haga esa viejecita de ahí al lado".
Por último el de criterio opina: "Podrían poner más asientos; ahora, o se fastidia uno y no se sienta, o se sienta y queda como un caradura".
Con esto queda analizado el cuadrante primero.

Antes de seguir conviene hacer una aclaración. Aunque cada sector corresponde a cada uno de estos conceptos básicos, para combinar éstos como veremos en el capítulo siguiente, conviene ubicar cada uno de éstos en los puntos que se indican en la figura 3, por ser los valores medios de cada zona.
Pasemos ya al segundo cuadrante, que se refiere a la vida social o comunicación con el no‑yo.
Empecemos esta vez por el caso que los factores sean iguales.
      El sujeto, en esta situación de imparcialidad, adopta una postura de CONSIDERACIÓN; de ver al otro tal como es, de valorar su persona con mente abierta, comunicándose sin prejuicios.
Si predomina el orden, el individuo se comunica para aportar lo que supone que puede tener importancia con el asunto que se esté tratando y que puede que los demás ignoren o no estén teniendo en cuenta, en una MANIFESTACIÓN de su forma de pensar.
En el tercer caso, o sea el de la zona más próxima al protagonismo (entre la línea de intención y la sensación), la comunicación se hace por motivos de AFINIDAD; la persona busca compañía para sentir, sin necesitar motivo material ni intelectual.
Usando el mismo ejemplo del autobús para compararlos, veríamos que el sujeto basado en la consideración, se dirigiría al primer desconocido que tuviera al lado y le diría: "Hay que ver; un asiento vacío y nadie se sienta". Y comenzaría una conversación con él.
En cambio, el de la zona de manifestación, se dirigiría a la ancianita y le diría: "Abuela; ahí detrás tiene usted un asiento vacío; siéntese antes que lo haga otro que vaya menos cansado".Y se pondría a hablar con ella (no mucho rato, ya que lo importante está dicho) de cómo está la vida y el poco respeto que hay hacia los mayores.
Por último el de la zona de afinidad, se acuerda inmediatamente de su hijo que está de pie (y que puede ir aburrido el muy pillín pero no cansado, pues acaban de salir de casa) y con una sonrisa deliciosa le dice: "Mira, nene: un asiento; siéntate, verás qué bien vas".
Y procura que los demás se fijen en lo guapo que es.

Con esto hemos visto otras tres formas de vivir la cuestión del dichoso asiento; podemos apreciar que en estos casos sí ha habido comunicación entre los protagonistas y el entorno, y ha sido ésta y no el querer sentarse, la base de actuación de cada uno de ellos; algo que es bastante diferente de las actitudes del cuadrante anterior, que era de introversión activa.
Pasemos al cuadrante tres, de introversión receptiva.
En el sector de predominio del protagonismo, el individuo busca las emociones, con una EMOTIVIDAD que lo hace vivir intensamente tanto el dolor como el placer. Puede llegar a preferir sentirse mal a no sentir nada.
En el supuesto que los parámetros sean iguales (zona central), el sujeto desarrolla su SENSIBILIDAD como elemento primario de su capacidad sentimental. Vibra con el medio ambiente ante cualquier estímulo como un cristal sonoro, sintiéndose parte de un todo.
En cambio si predomina el orden, la persona le da forma a sus propios sentimientos, haciendo un verdadero edificio (eso sí, conforme a las normas morales vigentes), refugiándose en él ante cualquier situación anómala. FORMACIÓN podemos llamar a esa actitud, base de este último sector del cuadrante.

Comparándolos en el ejemplo anterior, tendríamos que el del sector emotividad pensaría: "Como va de lleno este autobús puede haber tortas por ese asiento. Con un poco de suerte, esto se va a animar".
Y espera entusiasmado, como un romano en el circo a los gladiadores.
Sin embargo el de sensibilidad, capta de momento la situación: ve a la ancianita de pie y cansada, porque nadie le ha cedido hasta ahora un asiento; observa las ávidas miradas que le echan los demás al que ha quedado vacío, y la indecisión a sentarse "por culpa de esa vieja, que ni siquiera se ha dado cuenta", y siente vergüenza por todos ellos.
Y si alguno le pide paso para llegar al codiciado botín, le dirige una mirada acusadora, que deja pensando a la otra persona: "Bueno, pero ¿qué le he hecho yo para que me mire así? si quisiera sentarse ya lo habría hecho, ¿no?"...
Por último, el de la zona de formación, la viejecita y su situación le recordarían a su abuela, y cuando ésta le llevaba de la mano y la gente le decía: "Siéntese usted, señora, con ese nene; ¿es su hijo?"‑ Y ella llena de satisfacción decía: "No, mi nieto. Yo ya soy mayor para esos trotes". ‑"Pues no lo representa..."  
Y cuando llegue a su destino, que no le pregunten si la dulce ancianita consiguió sentarse o la tiraron por la ventanilla, porque no lo sabe; ya que el resto del viaje no lo ha hecho en el autobús con los demás, sino dentro de sí mismo.

Bueno; otros tres que tampoco han ido a por el famoso asiento.
Prestemos por último atención al cuarto cuadrante, o sea el de extroversión activa.
El sector de más protagonismo o sea, el comprendido entre la acción y la línea de intención (intención de realización dado el cuadrante en que se halla), se basa en la VOLUNTAD del sujeto.
Este no es del tipo que premedita su acción; pero cuando algo se le apetece o se le mete entre ceja y ceja, lo hace sin importarle las consecuencias o si el lograrlo le va a significar más perjuicio que beneficio. Simplemente lo quiere y lo hace, cueste lo que cueste.
No así el que actúa basándose en el REALISMO (zona central). Éste sí tiene en cuenta los pros y los contras, y procura que al final el balance esfuerzo‑logro deje siempre un saldo a su favor. Si ve que no va a ser así, abandona la idea sin más.
Y nos queda el más próximo al orden y que se funda en el RIGOR, o sea: en el obrar según las normas establecidas, buscando la solidez de lo duradero y la seguridad de lo ya aceptado como válido.
De todas formas, a cualquiera de los tres que subieran al cada vez más repleto autobús le veríamos sentarse:
El voluntarioso, "porque le da la gana y a ver quién le dice que no". Y se sienta con el ceño fruncido.
El realista, "porque se va mejor sentado, y le quedan varias paradas para bajarse". Y se acomoda con un suspiro de satisfacción.
Y el riguroso, "porque él ha pagado un billete que le da tanto derecho como a los demás, sean del sexo o la edad que sean". Y posa su trasero con un gesto de dignidad y la mirada serena.
Tenemos así un nivel básico que podemos considerar definido por la circunferencia que aparece en la figura 3.
Figura 3.

Naturalmente que todos estos ejemplos son a modo de caricaturas, exagerando el concepto dado, como tendencia sobresaliente de la personalidad del individuo; pero deben servir para comprender la postura o inclinación en que se basa el sector.
   En la realidad, la persona suele desarrollar más de uno de estos conceptos, conjugándolos unos con otros como los ingredientes en la cocina para preparar una comida.
Claro que lo mismo que no solemos echarle sal al café o azúcar a la ensalada de lechugas, deberíamos tener cuidado a la hora de combinar estas actitudes dado que el resultado puede llegar a ser verdaderamente frustrante.
Sigamos adelante y veremos cómo esto sucede.
 





COMBINACIÓN DE LAS INCLINACIONES NATURALES



Antes de seguir, conviene distinguir entre el significado de lo que es sumar dos cosas o combinarlas; ya que aunque en adelante a veces se hable de suma, en realidad es combinación.

Poniendo un ejemplo; tenemos que tanto el agua como el aire están formados por gases; en el aire, el oxígeno y el nitrógeno que son los que lo componen principalmente, están unidos pero no "colaboran", por decirlo de alguna manera.
Así el aire sigue siendo un gas, o sea algo de la misma esencia de sus componentes aunque teniendo disponibles a ambos.

En cambio, en el agua tenemos dos gases (oxígeno e hidrógeno) que se han combinado, dando lugar a algo más "evolucionado", con unas cualidades que no se encuentran en sus componentes y que sin embargo han surgido de ellos.
Esto se debe a que en una combinación de dos factores tenemos:
Cada posibilidad del primer factor por todas las demás de él mismo (factor al cuadrado); más cada posibilidad del segundo factor por las demás suyas (cuadrado del segundo factor), más las posibilidades del primero por las del segundo, más las del segundo por las del primero, teniendo en cuenta la separación entre ellos (coseno del ángulo).
Llamando a y b a los factores, matemáticamente sería:
(a² + 2ab.cos  + b²).
Usando vectores, la combinación estaría representada por la superficie comprendida entre ellos.
El vector resultante es también asimismo igual a la media (raíz cuadrada) de la fórmula anterior.
Claro que como veremos a continuación, es mucho más sencillo calcular la resultante de una combinación, sumando sus coordenadas respecto a los ejes.
En la Fig. 4 volvemos a ver el primer cuadrante, que seguimos tomando como ejemplo, aunque podría ser otro cualquiera.

Figura 4.
Localizando cada concepto en el centro de su sector, podemos definirlos por sus coordenadas con respecto a los ejes, o como vectores de longitud igual al radio del nivel, y ángulo correspondiente a su posición.
Es más; como la coordenada horizontal nos da la medida del protagonismo (ya que está referida al eje del mismo) y la vertical nos da la del orden (también referida a ese eje), sumando respectivamente las correspondientes a los dos conceptos, estamos sumando en realidad las cantidades de protagonismo y orden de la combinación de ambos.
Por lo tanto: los datos de estas sumas nos darán las coordenadas de dicha combinación.
En la misma Fig. 4, se han combinado los conceptos de CRITERIO y CONCIENCIA sumando sus coordenadas, coincidiendo el resultado con la línea de ATENCIÓN del cuadrante; cosa bastante lógica, considerando que es precisamente lo que de común tienen ambos conceptos.
Corresponde este resultado por tanto, a un desarrollo de esta línea y a una combinación provechosa, puesto que el vector del nuevo concepto, que corresponde a la REFLEXIÓN, es prácticamente el doble de los vectores de los conceptos, alcanzando así un nivel superior, más evolucionado.
En la figura 5, la otra combinación (CRITERIO & PROPÓSITO) se ha efectuado sumándolos vectorialmente, para describir también esta modalidad (que da el mismo resultado que lo hacemos por coordenadas); observándose también que el nuevo concepto (IMAGINACIÓN), se halla así mismo en la línea común a ambos, que en este caso es la INTENCIÓN, y en el mismo círculo o nivel que el de la suma anterior (REFLEXIÓN).

                         
Figura 5.
Todos los conceptos contiguos que combinemos en los cuatro cuadrantes, coincidirán en este nuevo nivel, definido por una circunferencia de radio igual a la resultante de cualquiera de estas parejas, ya que todas ellas dan la misma longitud.

Podemos hacer algo más; y es sumar los conceptos contiguos que se hallan en cuadrantes diferentes.
En estos casos, el concepto resultante coincide con el eje común a ambos, también en el nuevo nivel obtenido antes.
En la Fig. 6 podemos ver ya los dos niveles; los conceptos‑suma obtenidos y sus posiciones respecto a los originales.

Ya en el cuadrante 1 veíamos que la CONCIENCIA "elevaba" el CRITERIO, llevándolo a la REFLEXIÓN, y que en el otro caso ese mismo CRITERIO era impulsado por el PROPÓSITO haciendo actuar a la IMAGINACIÓN.
Estas dos cualidades (REFLEXIÓN e IMAGINACIÓN), se nos presentan como los principales agentes del desarrollo del pensamiento, que es a lo que corresponde el primer cuadrante.
En el cuadrante 2 encontramos el DIÁLOGO y la RELACIÓN como las dos vías de comunicación con los demás.
Así mismo, en el cuadrante 3 están el VALOR y la COMPRENSIÓN, que sirven de puntales en el complejo mundo sentimental.
Y en el cuadrante 4 vemos en este nivel otros dos elementos que son la PERTINENCIA y la PRUDENCIA, como base de toda actividad provechosa.

En cuanto a los que coinciden con los ejes, sobre el de protagonismo está la DECISIÓN, en la que el PROPÓSITO pasa a ser operativo gracias a la VOLUNTAD, que actúa según un objetivo dictado por el PROPÓSITO.
En el lado izquierdo, la EMOTIVIDAD promociona la AFINIDAD, y ésta a su vez le proporciona un medio de comunicación a esa forma de sentimientos, desarrollándose ambos en la AMISTAD.
Si pasamos al eje de orden, la CONCIENCIA se "manifiesta" comportándose el sujeto "dentro de un orden", tomando una actitud de HONESTIDAD, consistiendo ésta en una manifestación en su comportamiento de su forma de pensar.
Y en el otro extremo, la FORMACIÓN se hace más "rigurosa", tratando de ser más efectiva (influencia del cuadrante 3), adaptándose a la forma de una DISCIPLINA en la que el RIGOR se convierta en un modulador de los sentimientos.

Figura 6.


COMBINACIONES DE ABERRACIÓN


Veamos ahora qué sucede si conjugamos conceptos no contiguos.
En la Fig. 7 se han sumado (otra vez en el primer cuadrante) los dos conceptos laterales, saltándose el central.
Tenemos así una combinación de CONCIENCIA y PROPÓSITO; en este caso, la resultante se encuentra en el sector central, por encima del CRITERIO y por debajo del nivel de REFLEXIÓN e IMAGINACIÓN.
    Podemos considerar el resultado como una aberración o exageración del CRITERIO, ya que el PROPÓSITO busca su justificación en la CONCIENCIA, y ésta queda condicionada por el PROPÓSITO, dando lugar al Dogmatismo, a ver las cosas sólo como se quieren ver.
Figura 7.
No vamos a analizar caso por caso todas las combinaciones posibles de este tipo (saltándose uno en medio, incluso sumando conceptos de cuadrantes contiguos), pero se puede comprobar que en cada caso el concepto‑suma se encuentra en el sector que se halla entre los dos conjugados, con el mismo ángulo que el concepto base de esa zona, y en una circunferencia o "subnivel" de radio mayor que el de los componentes, aunque menor que en los casos de suma de elementos contiguos.
En todas estas sumas, el nuevo concepto resulta ser un exceso o distorsión del elemento base del sector en que se halla. Naturalmente, como en todo este trabajo, los nombres de los conceptos pueden ser sustituidos por otros que expresen mejor lo que representan, aunque creo que la descripción en el Diccionario de la Lengua de los que he escogido puede valer hasta hallar otros mejores.

Volviendo al tema, vemos así cómo un uso inadecuado de buenas facultades produce un resultado pernicioso.
O dicho con palabras solemnes, cómo nace el mal del bien. Igual que en la cocina, que en principio todo es bueno y alimenticio, y hay platos que salen puro veneno.
Y que conste que estas combinaciones son de lo mejorcito de las "no convenientes".
Pasemos a ver otras que son menos agraciadas.

COMBINACIONES DE DEFICIENCIA

Pasemos ahora a la Fig. 8, para analizar un ejemplo de los casos en que se conjugan elementos separados ya por otros dos, por lo que pertenecen necesariamente a cuadrantes distintos aunque son contiguos.
A simple vista la combinación CONCIENCIA & VOLUNTAD parece que debería ser una de las más recomendables y satisfactorias, dada la pureza de intención que parece engendrarla.
Pues no. Veamos en la Fig. 8 cómo sucede esto.
Figura 8.
Dado que el hecho de tener conciencia no significa estar en posesión de la Verdad (la prueba es que todos tenemos la nuestra y casi ninguna coincide, al menos en los detalles), no tiene nada de extraño que la persona que obra según esta combinación termine con cara compungida y abrumada ante el estropicio a que ha dado lugar su Temeridad; y alguien que le aprecia le dé unas palmaditas en la espalda y le diga: "No te atormentes más; tú has obrado según tu conciencia".
Y piadosamente se calla el final lógico de la frase: "Lástima que no tuvieras más desarrolladas tus facultades".
Sí, es verdad; lástima que los nacidos bajo el sol no desarrollemos nuestras facultades para cuando nos hacen falta; porque no es lo mismo actuar según conciencia que obrar bien.
Para esto, primero habría que unir la conciencia al criterio; el criterio al propósito y éste a la voluntad; así, como hemos visto antes, se desarrollarían las cualidades de reflexión, imaginación y decisión, todas ellas necesarias para alcanzar la sensatez y la creatividad (ver Tabla), que pueden llevarnos a la planificación necesaria para intervenir en el proceso natural de los acontecimientos, de una manera que armonice con el espíritu del Orden que definimos en nuestro interior como  el Bien.
Algo demasiado delicado y complicado como para poder resolverlo a nivel del primero o segundo círculo de facultades.
Para más detalle, está el libro de Cervantes "Don Quijote de la Mancha", que trata a fondo de esto (es broma, o puede que no).
    Volviendo a donde estábamos, o sea a la Fig. 8, vemos que el concepto‑suma se encuentra sobre la línea de INTENCIÓN del primer cuadrante, o sea: en el ángulo de la imaginación pero sin alcanzar su nivel.
Cosa que coincide con las características de esta combinación, que son seguir los dictados de la conciencia pase lo que pase, o sea: sin imaginar (o calcular, prever...) las posibles consecuencias que pueden derivarse de esta forma de obrar.
Vemos pues que hay una insuficiencia del concepto que está en el mismo ángulo, que en estos casos se halla en un nivel superior; al contrario que en los casos anteriores, en los que el concepto‑suma estaba más desarrollado y el básico del sector quedaba más cortó.
Aún así, vemos que estas combinaciones todavía quedan por encima del nivel de los conceptos que las producen, aunque en un "subnivel" de deficiencias que engendra unas taras de comportamiento quizás más peligrosas que las anteriores de exceso, al ser menos evidentes y a la vez más insatisfactorias.

Pasemos ahora a conjugar los conceptos separados por otros tres, o sea que forman ya entre sí un ángulo de 120 grados.

COMBINACIONES DE ESTANCAMIENTO


Pasemos ahora a conjugar los conceptos separados por otros tres, o sea que forman ya entre sí un ángulo de 120 grados. Al sumar éstos vectorialmente, vemos que la resultante coincide con un elemento del mismo nivel que los componentes.
Tomando como ejemplo CONCIENCIA & OBJETIVIDAD, comprobamos que la suma o resultante coincide con el PROPÓSITO, que pasa así de ser un medio o factor de desarrollo, a convertirse en un fin en sí mismo (Figura 9)
Figura 9.

Es el caso de la persona que vive pensando en todo lo que va a hacer en cuanto llegue una ocasión que merezca la pena emplearse a fondo (componente de OBJETIVIDAD), y pueda actuar como él cree que es justo (componente de CONCIENCIA),
Entonces él hará algo bueno; algo que cada vez que lo piensa le hace sentirse justificado por no hacer mientras otras pequeñas cosas que no cree que merezcan gastar las energías y la atención que reserva para ese PROPÓSITO que le obsesiona.
Esto le lleva a un "estancamiento" del PROPÓSITO, ya que al adjudicársele una importancia inmerecida o excesiva, no se le relaciona en su nivel con los que evolucionaría adecuadamente: en su caso, la VOLUNTAD o el CRITERIO, por lo que casi siempre queda en una estéril e interminable espera.
En los demás casos de conjugación de factores separados como los anteriores, o sea 120 grados, sucede lo mismo: una recaída en el mismo nivel, y dificultad de asociación del concepto que coincide con la resultante, que adquiere una fuerte preponderancia, destacando en la personalidad del sujeto.

COMBINACIONES DE FRUSTRACIÓN


Son las que se producen al conjugar elementos que forman entre sí un ángulo de 150 grados.
Aquí ya la resultante es sensiblemente menor que los vectores de los elementos que la forman. Por lo tanto, es más la cantidad de "energía vital" que se pierde en tensiones internas que la que se aprovecha.
Además, dicha resultante recae sobre elementos de un nivel de evolución más bajo que podríamos denominar instintos, sometiendo al que de éstos se trate a esas tensiones.
Este nivel de instintos, podemos considerar que está formado por las diferentes tendencias que, combinándose como hemos visto con las facultades, son las que nos impelen a ejercitar éstas, aunque de manera menos voluntaria y consciente.
Tenemos así, que por fijarnos en dos cualesquiera de estos conceptos, el instinto de logro y el de conservación, que pertenecen a ese nivel en el cuarto cuadrante, propician el empleo de la objetividad, que está en el nivel siguiente (de facultades conscientes).
Y siguiendo por donde íbamos, o sea por la combinación de facultades separadas 150º, nos encontramos por ejemplo en la Fig. 10 que si combinamos CONCIENCIA & RIGOR, vemos en la figura que quien soporta toda la tensión es el ALBEDRÍO del sujeto, que actúa bajo la presión de grandes tensiones internas.
Figura 10.

Todo este sistema de evolución del comportamiento se basa en que los elementos de cada nivel, combinando sus estructuras de energía, dan lugar a los elementos del nivel siguiente, o de “subniveles” de imperfección de desarrollo si los elementos que se combinan no son contiguos en su nivel. Por lo tanto, el proceso contrario, o sea de involución, podemos considerarlo como el más perjudicial, y claramente frustrante para la línea de evolución correspondiente al grado del círculo de la Tabla donde se produce.

Queda el preguntarnos ¿cómo averiguar las particularidades de esas tensiones?
Aunque no sé hasta qué punto puede considerarse matemáticamente válido, se podría probar a repartir dichas tensiones en dos vectores iguales y opuestos, ambos perpendiculares a la resultante, y observar con qué conceptos coinciden. En el caso de la figura, están en el terreno del orgullo y la aceptación, aunque cerca de la soberbia y la intransigencia. Quizá eso tenga un sentido, quizá no. Queda ese tema para la investigación.

Por último, si tratamos de combinar facultades opuestas 180 grados, el resultado sería nulo. ¿Qué pasa entonces en esos casos? Es posible que la energía incida en el terreno de lo psicosomático, o que, si el sujeto es habilidoso, al tener ambas el mismo ángulo respecto a los ejes, use en cada caso una de las dos, aplicando la “cara de la moneda” que mejor proceda.

* * *





CAPITULO II


CARACTERÍSTICAS DE LA TABLA.



Aunque la representación del conjunto de todos los conceptos sería una figura curva y cerrada, la proyección de su "hemisferio" inferior, da sobre un plano los siguientes niveles-base:

Un nivel 0, que se considera pertenece a la constitución atómica (carbono, fósforo, calcio...), o sea, algo así como al metabolismo basal.

Un nivel 1, correspondiente a las energías vitales, supuestamente localizadas en las vísceras o sistemas anímicos del cuerpo; algo así como las energías de los "canales" en acupuntura; por lo que podemos denominarlo un nivel fisiológico.

Un nivel 2, psicofisiológico, formado por las percepciones conscientes (vista, oído, tacto...) producido por el uso combinado de las energías del nivel anterior

El nivel 3 o sea el siguiente, corresponde a los instintos, basados cada uno de ellos en la línea de su ángulo, bien de ATENCIÓN o de INTENCIÓN.
Los coincidentes con las líneas de ATENCIÓN, se basan en el sentido de la importancia del cuadrante en que se hallan.
Los que se encuentran sobre las líneas de INTENCIÓN, son un deseo de participación en el ámbito de su correspondiente cuadrante.

El nivel 4 es de facultades de uso consciente, aunque producidos por la combinación inconsciente de los instintos del nivel 3.
Si estos instintos no están correctamente desarrollados o están mal combinados, las facultades aparecen atrofiadas o aberradas.

El nivel 5 se refiere a actitudes, consideradas como el uso continuado de las facultades combinadas del nivel 4.
Sucede lo mismo que con los instintos en el caso anterior en cuanto a deficiencias y aberraciones.

El nivel 6 son las virtudes, que corresponden a la evolución de las facultades del mismo ángulo, y tienen como fundamento y apoyo las actitudes del nivel 5.
Respecto a las deficiencias y aberraciones, lo mismo que en los otros niveles.

A partir de ahí, caso de que la Tabla fuese una esfera, podría haber otro único nivel que cubriera el otro hemisferio, que se refiere a lo concerniente al ámbito social y los demás factores que influyen en el destino del individuo. Si tiene otra forma podría haber más de un nivel, que es el caso por el que me decanto. También es posible que no acabe ese hemisferio inferior en ese nivel 6 que hemos visto antes.

NORMAS   GENERALES


Los nombres de los conceptos deben tomarse de una manera ambigua, ya que cualquier definición aísla o diferencia de alguna forma a lo definido respecto a su entorno; y los conceptos no son unidades discretas, sino que se extienden y entremezclan, considerándose su ubicación como el lugar donde son más reconocibles.
Al analizar cualquiera de ellos siempre hay que tener en cuenta los conceptos que le rodean, para comprender mejor el significado de su definición.

Entre dos niveles básicos, hay como mínimo:
Un "subnivel" de exageración o aberración de los conceptos-base del nivel de menor radio de los dos, coincidiendo los conceptos de ese subnivel en el mismo ángulo de dichos conceptos-base.
Fundamentalmente, estas "aberraciones" provienen de la combinación de los conceptos-base colindantes con el concepto-base de ese ángulo, que es el que queda aberrado o exagerado.
Por ejemplo, la combinación del interés por las cosas con el instinto de logro por conseguirlas, nos puede llevar a la agresividad, siendo ésta una aberración o exageración de la libertad o libre albedrío.

Y otro "subnivel", de deficiencia o "infradesarrollo" de los conceptos-base del nivel de mayor radio, que coincide también cada uno en el ángulo del correspondiente concepto-base, que queda disminuido.
Como en el caso de que al valor le añadamos la prudencia, que nos lleva más a la obediencia que a la fidelidad. La calidad de estos niveles es inferior a la del concepto-base de referencia.

Estos excesos y deficiencias son menos nocivos o "imperfectos" en niveles más altos que en los más bajos, al ser producto de conceptos más evolucionados.
Por ejemplo, entre los niveles 3 y 4 pueden ser convenientes si se adoptan transitoriamente, en determinadas circunstancias.

COMBINACIONES


El conjunto de las combinaciones de dos conceptos es igual a:

El 1º consigo mismo (concepto 1º al cuadrado) más
El 2º consigo mismo (concepto 2º al cuadrado) más
El 1º con el 2º considerando el ángulo (1º x 2º x coseno del ángulo) más
El 2º con el 1º considerando el ángulo (2º x 1º x coseno del ángulo).
Siendo el 1º = a, el 2º = b y el ángulo = , tenemos:
a² + b² + 2ab. cos .
La media de este conjunto (raíz cuadrada), nos da el valor del radio del concepto resultante, que coincide con la suma vectorial de los dos conceptos que lo generan.
Cuando el ángulo no es igual a cero, esta resultante es menor que la suma de los radios de los conceptos generadores; la diferencia se supone que origina una tensión interna que puede representarse en dos vectores iguales, opuestos y perpendiculares a la resultante de la suma.

Cada uno de estos vectores tendría una magnitud igual a la mitad de la diferencia entre la suma de los radios y la susodicha resultante, de forma que:

Valor del vector resultante + valor de los dos vectores de la tensión  =  suma de los valores de los conceptos generadores.
Un ejemplo:
En el caso anterior de añadir la prudencia al valor, se originarían dos tensiones correspondientes por un lado a una frialdad zalamera, y por otro a una pasividad perezosa.

La combinación óptima es pues la formada por conceptos-base del mismo ángulo.
Pero la combinación de un concepto-base consigo mismo, nos da  un concepto basado en la negación de éste; algo así como un XOR lógico.
Este nuevo concepto quedaría ubicado pues en el límite inferior del concepto-base situado dos niveles por encima, que es el que está considerado como evolución del original.

Usos de la Tabla



Hay varios. El más simple y directo es ver si la combinación de dos conceptos que se estén poniendo en juego en el comportamiento de un sujeto da un resultado provechoso o por el contrario es algo que no debe hacerse, y de paso ver qué factores ocultos hay detrás de ese comportamiento.

Otra utilidad es la siguiente: Si partimos de un determinado comportamiento, qué concepto haría falta para alcanzar otro deseado. Por ejemplo, si existen prejuicios y se pretende honestidad, restamos vectorialmente de la honestidad los prejuicios y nos indica que falta consideración.

Por último, si una confrontación puede basarse en dos factores, por ejemplo en un diálogo hay por una de las partes una actitud de susceptibilidad y por la otra sinceridad, unimos estos dos conceptos con una recta y vemos que coinciden sobre ella varios conceptos que son los que cumplen la función de esa recta, o sea los que tienen un “factor común” con esos dos conceptos, como la hosquedad y el despecho. Podemos prever entonces que éstos van a poder salir a relucir. El único concepto positivo que coincide es el respeto, que es lo que hay que fomentar en este caso.

Relación entre los sectores de la Tabla y los tipos MBTI


La distribución de los tipos MBTI en los sectores de la Tabla sigue el siguiente criterio:
Los tres sectores de cada cuadrante tienen iguales funciones (las dos letras centrales).
Los sectores adyacentes al eje de orden (vertical) son sectores de juicio (J) y los adyacentes al de albedrío (horizontal) lo son de percepción (P).
Los temperamentos tienen tendencia al concepto básico del eje que tiene en común, que como se vio al principio del documento son los de atención o intención, aunque en el ámbito correspondiente a su cuadrante son los que se indican en la figura.


En cuanto a preferencias de extroversión / introversión, los sectores laterales de cada cuadrante tienden al cuadrante contiguo, de modo que los de cuadrantes de extroversión se manifiestan introvertidos y viceversa.
Los sectores centrales sí son acordes con su propio cuadrante (o con el opuesto, que tiene la misma tendencia) y son más ambiguos respecto a la orientación hacia el mundo exterior (J, P) tendiendo más los del lado de acción a la J y los de emoción a la P.


En resumen quedan así:










APÉNDICE


UBICACIÓN  DE  LOS  CONCEPTOS.

(En desarrollo)




    




   




    



    

  



    



    



    



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